¡Victoria! En un momento clave, porque la necesitábamos un montón.  Esta vez la suerte que nos daba la espalda en los últimos partidos, se puso de nuestro lado y así pudimos ganar y hasta conseguir un resultado holgado.

Del partido quiero resaltar a dos protagonistas, de uno de ellos, hablaré al final, del otro lo digo ya.  Sergiño que dio toda una demostración a los colores viniéndose de viaje, tal y como estaban las carreteras al jugar el partido sin dormir ni nada; jugó todo el partido y aún se vino a almorzar.  ¡Un campeón! y ¡un ejemplo!  Eso es estar comprometido con el equipo.

Yendo al partido, decir que hacía un viento de la leche y la primera parte lo tuvimos en contra.  Además empezamos con 10, ya que Elías llegó tarde.  Así que nos tocó sufrir, sufríamos sobre todo a balón parado, la pelota con el aire, se iba a puerta y además nos remataban muchas jugadas a balón parado.

Pero como digo, hubo suerte y no acertaron.  En la única que acertaron, el árbitro pitó falta, dudosilla, siendo sinceros.

Quitadas esas jugadas a balón parado, nos defendíamos bien, con orden e incluso salíamos de vez en cuando buscando su portería.

Los últimos minutos de la primera parte fueron agónicos, habíamos hecho un gran derroche en contra del viento, sobre todo el centro del campo y ya se nos notaba el cansancio, así que ya no salíamos y nos dedicábamos a despejar como podíamos.  Esta vez aguantamos y llegamos con el cero en nuestra puerta al descanso.

Al poco de empezar la segunda parte, se nos puso el partido de cara, les robamos un balón en su campo, yo centré desde la banda y Juan remató desde el punto de penalti para adelantarnos en el marcador.

Pese al aire, ellos no se amilanaron y dominaban el partido, nosotros nos defendíamos como podíamos, perdíamos rápidamente el balón, así que la pelota la tenían ellos.  Tuvieron varios centros con peligro e incluso un disparo al palo, pero no acertaron.

En cambio nosotros, en la siguiente que tuvimos, volvimos a acertar, una internada de Sergio Blasco por la banda izquierda, centra y Juan, atentísimo en el segundo palo convertía el segundo tanto, que parecía sentenciar.

Pero ellos no se rindieron y siguieron buscando el gol.  Al final lo lograron, en una contra nos pillaron descolocados, un delantero aprovecharó que el árbitro no pitó fuera de juego para plantarse ante Luis Antonio y batirlo.  2-1, y aún quedaba mucho.

Y volvimos a pasarlo mal, ellos dominaban y la pelota rondaba nuestra área, todo el mundo se puso el mono de trabajo, sacando balones del área, Matías salvó dos centros al segundo palo con peligro.

Ellos se iban cada vez más arriba y nos llegó una nueva ocasión.  Juan habilitó al Negro que se plantó ante su portero, lo dribla y éste lo derriba, la jugada fue clara y la tarjeta roja también, así que nos quedábamos con uno más, en esa misma falta Sergiño estuvo a punto de conseguir la sentencia.

Esta llegó un poco después cuando el Negro luchó un balón, avanzó, centró para que Juan definiera ante el portero rival, era definitivamente la puntilla.

Esto ya nos tranquilizó del todo, ellos siguieron yendo arriba, pero ya con poca cabeza, a la contra incluso pudimos hacer más goles, Sergio Blasco tuvo una ocasión clara, pero el que volvió a marcar fue Juan, otra internada de Sergio Blasco, que llego casi hasta la línea de fondo, centró y de nuevo Juan en el segundo palo, cerró el marcador.

La última ocasión fue de Matías y mía, pero no acertamos y el arbitró señaló el final del partido.

Una victoria que nos dejo satisfechos y nos saca de los puestos de descenso.

Por supuesto, el otro hombre del partido fue Juan, que marcó los cuatro goles, el tercer jugador en la historia del Pomerano que lo logra.  Y eso, que jugó como todos estos días lesionado.  Todos estos que juegan tocados, como Pedro también, tienen un mérito terrible.

Y ahora a ver si seguimos puntuando y si dejamos de andar tan justos de gente.